El monasterio está muy ligado a la figura del Gran Capitán, don Gonzalo Fernández de Córdoba, nacido en la localidad cordobesa de Montilla, gran estratega militar, que llegó a ser Capitán General de los Ejércitos de Castilla y Aragón por su labor en las guerras de Granada, y Virrey de Nápoles por sus campañas en Italia.
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Abside desde calle Gran Capitán |
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Acceso por calle López Argüeta con emblemas de Casa de Mendoza y Fray Hernando de Talavera |
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Escudo de la familia Mendoza |
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Fachada Iglesia |
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Segundo y Tercer cuerpos |
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Fachada de acceso al convento |
La portada de acceso al convento (1593) es obra de Martín Díaz Navarrete. En el entablamento, sobre la puerta, en latín el lema del Monasterio: SOLO A DIOS HONOR Y GLORIA. En el cuerpo superior, dentro de un edículo rectangular y bajo un arco de medio punto, una imagen de la Inmaculada, a cuya advocación está dedicado el Monasterio. Un frontón con un escudo en el centro remata la portada.
En el arco de la derecha un pasillo permite ver parcialmente otro claustro más pequeño de trazado muy similar al anterior, en cuyas estancias se hospedó la esposa de Carlos V, Isabel de Portugal, durante su luna de miel en Granada, pues la Alhambra, donde se hospedó el Emperador, no le resultaba acogedora, dado el estado que tenía tras ser abandonada por la corte nazarí.
En la galería inferior se encuentran cuatro dependencias en las que se desarrollaba la vida monacal (Refectorio, Salas de Profundis, Capitular y de Culpas) y la Sacristía e Iglesia. En el suelo del claustro, desde la sala de Profundis hasta la Iglesia se encuentran lápidas con el nombre y año de fallecimiento de los monjes enterrados.
REFECTORIO
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Puerta del Refectorio |

SALA DE PROFUNDIS
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Puerta Sala de Profundis |
Contigua al Refectorio se encuentra la sala de Profundis, destinada a la oración y desde la cual los monjes, cantando el Salmo 130, denominado de Profundis, accedían en dos filas al refectorio por dos vanos abiertos junto al pilar, donde antes se lavaban las manos, que está presidido por un escudo, labrado en piedra, del emperador Carlos V.
SALA CAPITULAR
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Portada renacentista Sala Capitular |
En la Sala Capitular los monjes, presididos por el prior, se reunían para tratar los temas de la comunidad.
El emblema de los jerónimos se repite constantemente por el recorrido del monasterio.
SALA CAPITULO DE CULPAS
En esta sala, hoy separada de la Capitular por una gran puerta, se reunían a capítulo los monjes para reconocer y rectificar sus culpas.
Frente a la puerta hay una lápida de mármol blanco que corresponde a la tumba de Fray Pedro Ramírez de Alba, monje jerónimo, que murió en 1528 y fue quinto arzobispo de Granada.
Bajo el suelo de la sala se encuentra la cripta para enterramiento de las monjas que en la actualidad ocupan el monasterio.
SACRISTÍA
También de estilo renacentista es la puerta de acceso a la sacristía con la leyenda AVE MARIA GRATIA PLENA, pues el monasterio está bajo la advocación de la Virgen María; también ese texto figura en el escudo del poderoso e influyente Cardenal Mendoza que se encuentra sobre la puerta.
En el centro de la sacristía una mesa ocupa el lugar de una columna gótica que desmontaron los franceses cuando expoliaron el monasterio.
En esta sala se encuentra, procedente del monasterio de Santa Paula, una talla del Niño Jesús, conocido como del Gran Capitán porque dicen lo llevaba consigo en las batallas.
En su día esta sala albergó los tesoros donados al monasterio por los Reyes Católicos y la viuda del Gran Capitán, que fueron expoliados por los franceses en los días de la invasión napoleónica a comienzos del siglo XIX.
IGLESIA
La iglesia es de una nave con planta de cruz latina y capillas a los lados comunicadas entre sí, destacando en la de San Miguel un sencillo retablo barroco con una bella escultura del arcángel en una hornacina central.
A los pies de la nave, en planta superior, el coro, desde donde se contempla una hermosa vista del crucero y altar mayor.
En este espacio la pintura al fresco compite en belleza con la sillería de Diego de Siloé y un órgano del siglo XVIII procedente del convento de Santa Paula.
En el centro del crucero un grandioso cimborrio con claraboyas y, sobre repisas que sostienen ángeles, las imágenes de los cuatro Evangelistas.
En el centro de la nave, junto al altar mayor, se encuentra una lápida bajo la que se encuentra la cripta en que se depositaron los restos del Gran Capitán, su esposa la Duquesa de Sessa, su hija y su yerno; en la lápida se grabó un texto en latín que termina diciendo que “su gloria no quedó sepultada con él”. Como ya se dijo, los restos fueron expoliados junto con otros bienes cuando los franceses utilizaron el monasterio como cuartel.
En las bóvedas laterales del crucero casetones y pinturas con representaciones de héroes y heroínas de la antigüedad clásica para emular los valores que adornaron al Gran Capitán; en ambas capillas del crucero se repite su escudo.
La capilla mayor es majestuosa y nos recuerda a las de la Capilla Real y convento de Santa Isabel la Real, pues, como en éstas, destaca sobre una hermosa escalinata su espléndido retablo que merece la pena ser contemplado en todos sus detalles.
El retablo policromado, que ocupa todo el ábside, es una de las obras maestras de la imaginería española y andaluza. Consta de cuatro cuerpos con un ático recogidos entre nueve calles separadas por columnas. En el ático una imagen de Dios Padre en el centro, y otras de San Justo y de las Virtudes Cardinales.
El primer cuerpo se dedica a la vida de Jesús, donde quedan representados la Adoración de los Pastores y la de los Reyes. A la Virgen María está dedicado el segundo cuerpo con los pasajes de la Anunciación y la Presentación en el templo.
En el tercero, dedicado a la Pasión de Cristo, estampas del Prendimiento y Jesús orando antes de la crucifixión y en el centro San Jerónimo penitente; en el cuarto Cristo crucificado y las escenas de la Ascensión y Pentecostés.
Aparte otras imágenes que acompañan las referidas, son de destacar, en la parte baja, a cada lateral del retablo, las figuras orantes de don Gonzalo Fernández de Córdoba y doña María Manrique.
CAPILLA DE LA TORRE
Entre la puerta de la iglesia y la de entrada al claustro por la portería se encuentra la Capilla de la Torre.
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Portada Capilla de la Torre En el centro del intradós del arco un Ecce Homo flanqueado por relieves de San Pedro y San Pablo, San Juan Bautista y San Juan Evangelista, San Gregorio y San Jerónimo. |
Un busto de sor Cristina de Arteaga recuerda a esta mujer, que destinó a la restauración del Monasterio de San Jerónimo lo recibido del Ayuntamiento de Granada por la cesión a éste del Carmen de los Mártires.
Miguel Sánchez Peinado
15 septiembre 2025
* Cuando ultimaba esta entrada, dedicada a cuatro compañeros de promoción jurídica, uno de ellos me informa que ha muerto don Antonio Gullón, catedrático de Derecho Civil de todos, y maestro mío en lo jurídico y algunos concretos aspectos de la vida, con quien tuve la suerte de colaborar en la cátedra y actividad profesional. Un día, caminando por el pie de la Catedral, se para y me dice: no olvides que la batalla del hombre ante la vida la tiene perdida el hombre, pero los grandes hombres son aquellos que sabiéndolo siguen luchando. Al comentar la anécdota a mi buen amigo Diego Medina dijo: ese es el superhombre de Nietzsche.
Sé, con certeza, que mis cuatro compañeros y amigos, a quienes iba destinado este trabajo, comprenderán haya cambiado la dedicatoria para dedicarlo a don Antonio, catedrático de todos y maestro mío.
Mágnifico artículo Miguel y estupendamente ilustrado. Enhorabuena
ResponderEliminarEn este 15 de septiembre amigo Miguel creo, no podías elegir para ofrecernos, un mejor artículo que este. A los que somos de esa preciosa tierra, nos rellena el espíritu, esa enorme obra de arte que inunda Granada. Más aún, porque sabemos que nunca la conoceremos del todo. Un abrazo
ResponderEliminarAmigo Manolo. Es gratificante descubrir que se contagian las emociones que sentimos cuando se comparte algo que hacemos por placer personal.
EliminarComo de costumbre Miguel nos aporta un reportaje de gran interés sobre una joya de la que muchos no conocíamos tantos detalles que nos descubre Miguel, como siempre, acompañados de estupendas imágenes.
ResponderEliminarExcelente trabajo Miguel, lo he disfrutado y he aprendido muchas cosas que no sabía! Ha sido un placer leerlo.
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