Y vuesa merced, ¿dónde camina?
Yo, señor -respondió el caballero- voy a Granada,
que es mi patria.
¡Y buena patria! -replicó don Quijote.

martes, 21 de abril de 2015

PASEO POR EL RENACIMIENTO EN GRANADA

A Marta Sánchez Aibar,
la niña más bonita del mundo...,
y a sus padres

Pasear por Granada es la mejor manera de disfrutarla, contemplarla en sus monumentos, cuyas piedras hablan si sabemos mirarlas y oírlas, es la mejor forma de comprenderla.

Caprichos de la Naturaleza y de la Historia la dotaron de una singular belleza y encanto, haciendo de ella, según Marino Antequera, una ciudad de arte cuyo nombre tiene un puesto en la inteligencia y en el corazón de todo hombre civilizado. 

Granada, capital del reino nazarita hasta final de la Edad Media, quedó marcada por las huellas indelebles del arte nazarí en los palacios de la Alhambra, pero a renglón seguido, a comienzos de la Edad Moderna, la presencia de los Reyes Católicos y la posterior estancia por unos meses de su nieto, el Emperador Carlos V, con motivo de su luna de miel con Isabel de Portugal, fueron acontecimientos determinantes para que en la ciudad quedaran testimonios relevantes del arte renacentista, cuando finalizada la Edad Media se renace al pensamiento y formas del mundo clásico, cuyos héroes y virtudes inundan la iconografía de sus monumentos. 

Por otra parte la circunstancia de que Pedro Machuca, pintor y arquitecto, viajase en aquella  época a Italia, donde posiblemente recibiera enseñanzas de Miguel Angel, puede ser la razón de que en Granada se encuentren parte de las mejores obras del más puro arte renacentista de  estilo italiano, que por la sobriedad de sus líneas geométricas contrasta con la ornamentalidad del estilo plateresco que imperaba en España.

La singular y espectacular belleza de cuatro de tales obras, y la proximidad entre ellas, es una buena razón para dar un paseo por el recinto de la Alhambra, partiendo DESDE PLAZA NUEVA, al encuentro de la Real Chancillería, Puerta de las Granadas, Pilar de Carlos V y Palacio de Carlos V.

REAL CHANCILLERÍA

Chancillería de Granada
En septiembre de 1500 los Reyes Católicos acuerdan el traslado a Granada de la Real Chancillería, que estaba asentada en Ciudad Real, con  jurisdicción en todo el territorio al sur del Tajo y los del Norte de Africa y Canarias, llevándose a cabo el traslado en 1505 por acuerdo del Rey Fernando. No siendo digna la primera sede donde se estableció el Tribunal de Justicia, e incrementadas las causas de las que conocía, el emperador Carlos V ordenó en 1526 la construcción de un palacio al que trasladar la sede del Tribunal, quedando concluidas las obras en 1584.

En la actualidad es la sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.

La fachada del más puro renacimiento italiano, ordenada su construcción por Felipe II, es obra de Francisco del Castillo; destaca en la parte inferior la belleza de sus tres puertas, de las que la central es singularmente majestuosa, sobre la que una cartela sustentada por un león informa en latín que Felipe II procuró embellecer el edificio para que fuese digno asiento de su justicia. Dice así: “Para que la majestad del tribunal no fuese del todo desigual  a las cosas que aquí se tratan, la prudencia del católico rey Felipe II quiso hermosear este palacio, donde se deciden las contiendas y adornarlo con esta conveniente decoración en el año 1587, siendo presidente Fernando Niño de Guevara”.
En el cuerpo superior de sus siete elegantes balcones destaca el central, coronado por el escudo de España a cuyos lados se encuentran las estatuas de dos virtudes cardinales, la Justicia y la Fortaleza. Remata la fachada una balaustrada incorporada en 1762 durante el reinado de Carlos III. 

En el interior del palacio un amplio zaguán con escalinata da acceso a un hermoso patio con fuente central y esbeltas columnas, cuya construcción se atribuye a Diego de Siloé. En el pórtico se pueden contemplar dieciséis medallones con representaciones de generales, emperadores y matronas de la Roma antigua. 

Contiguo a este patio otro en que estuvo la cárcel de la Chancillería, cuyas columnas tienen inscripciones realizadas por los presos que la ocuparon.

Escalera y arcada de acceso
Una bella arcada de tres huecos introduce a la monumental escalera, que sustentada en los muros del edificio, da acceso a la planta superior del edificio. En los arcos laterales destacan cuatro figuras femeninas alegóricas a cuatro virtudes cardinales: en el arco de la izquierda la Justicia con una espada y la Prudencia con una serpiente; en el de la derecha la Fortaleza con un fuste de columna y la Templanza con un ánfora vertiendo agua. El águila de San Juan, heraldo de los Reyes Católicos, corona cada uno de los arcos laterales.
Por la escalera, que tiene un hermoso artesonado, se accede a la galería de la planta segunda donde iconografía y escudos reales y de la ciudad realzan la belleza de esta luminosa galería, en la que se encuentran las salas de audiencia y la que en su día fue capilla del Palacio de Justicia. 


Galería imágenes Real Chancillería





PUERTA DE LAS GRANADAS

Puerta de las Granadas
Frente a la Chancillería, por la cuesta Gomérez -así denominada porque en ella  habitó la tribu africana de este nombre que vino a Granada en el Siglo XIV- en escasos minutos encontramos la Puerta de las Granadas, que da acceso al bosque y recinto de la Alhambra. Construida por orden del Emperador Carlos V, quien había pasado unos meses de su luna de miel en Granada y decidió construirse una residencia en la Alhambra. El trazado es de Pedro Machuca hacia 1536 con el mismo estilo almohadillado que la fachada del Palacio de Carlos V en el recinto de la Alhambra.

La puerta es un arco triunfal coronado por el escudo del emperador y tres granadas que dan nombre a la puerta abierta en la muralla que une la Alcazaba con Torres Bermejas y sustituye a otra árabe de época medieval llamada del Barranco. (Mirando desde la puerta hacia arriba a la derecha veremos las Torres Bermejas y hacia la izquierda la Torre de la Vela).

Galería imágenes Puerta de las Granadas



En la puerta se abren tres vías de acceso al bosque. Para nuestro paseo tomaremos la de la izquierda que tras pasar por el monumento erigido a Washington Irving  desemboca en el Pilar de Carlos V, tercera parada del recorrido. Si se optare por el camino central, más largo pero de ascenso más suave, pueden contemplarse a la izquierda la Puerta de Bib-Rambla y al final junto a la fuente del Tomate el monumento de la ciudad a Angel Ganivet.

PILAR DE CARLOS V



Una de las joyas del Renacimiento que atesora Granada, según Marino Antequera. Su ubicación hace que el visitante viva tres momentos de especial intensidad: el primero cuando finalizando la subida se encuentra el monumento, el segundo cuando ya en la explanada del pilar lo encara de frente y como un imán fija la vista en él, y por último cuando al abandonarlo se le ve coronado por la Puerta de la Justicia.

Tenía tres funciones: abrevadero para los caballos del Emperador, muro de contención entre la explanada de la puerta de la Justicia y la plazoleta donde está el pilar, y símbolo de la grandeza del emperador.

Encargado en homenaje a Carlos V por el Conde de Tendillas, alcaide de la Alhambra, se construyó por el italiano Nicolás de Corte en 1545 según diseño de Pedro Machuca.


Se encuentra adosado a un muro de piedra de Escuzar, en cuya cornisa hay pequeñas cabezas de leones semejantes a las que veremos en el Palacio de Carlos V. Entre las pilastras del muro se insertan cuatro medallones con bajo relieves de la mitología clásica.

Sobre la pileta de la fuente hay un panel con dos cuerpo bellamente decorados. En las pilastras exteriores del primero está el escudo de la Casa de Tendillas, sobre los que hay adosados a las pilastras del muro sendos genios o niños con unas caracolas al hombro por las que surte el agua; en las dos pilastras centrales dos ramas de granado con su fruto. 


Mascarón alegórico al río Genil
En los espacios existentes entre las pilastras tres mascarones de cuyas bocas surte el agua, que representan los tres ríos de Granada y cuyas cabezas tienen adornos alegóricos a tres de las estaciones del año: el Genil, que con unas gavillas de espigas de trigo representa el verano, el Beiro con flores a la primavera y el Darro con racimos de uvas el otoño.

En la parte central de la segunda sección una cartela con la dedicatoria en latín al emperador: Para el Emperador Cesar Carlos Quinto Rey de las Españas; las pilastras de esta segunda sección están decoradas con el Toisón a la derecha y las columnas de Hércules a la izquierda.

En el centro de la sección tercera el tímpano con el escudo del Emperador con el águila bicéfala inserto en un semicírculo flanqueado por dos angelotes que abrazan un delfín por cuya boca mana el agua.
Todo el conjunto lo corona un querubín en la parte central.





Imágenes Pilar de Carlos V


A espaldas del pilar, por la puerta de la Justicia, accederemos en busca de nuestro cuarto monumento


PALACIO DE CARLOS V





En su luna de miel, tras casarse en Sevilla con Isabel de Portugal, el emperador Carlos V llega a Granada el 4 de junio de 1526, donde fija su residencia y corte hasta diciembre de ese año. El se instala en unas habitaciones que se le habilitan en el palacio real de los monarcas nazaríes, haciéndolo su esposa en el Monasterio de San Jerónimo, pues no encontraba adecuadas las estancias de la Alhambra.

Carlos V, al igual que sus abuelos, los Reyes Católicos, encantado de la ciudad decide fijar en Granada una de sus residencias, y con la finalidad de disfrutar de las bellezas de la Alhambra decide construir  junto al de los monarcas nazaritas un nuevo palacio acorde con el estilo renacentista que imperaba en aquellos días.

El Palacio de Carlos V, a juicio de Gallego Burín, es el primer gran palacio de los monarcas españoles, quienes hasta entonces sus residencias tenían más carácter de ”fortaleza que de alcázar cortesano”.    

La construcción se inicia en 1527 bajo la dirección de Pedro Machuca –pintor y arquitecto toledano al servicio del Conde de Tendillas que le encarga el proyecto-. Para su financiación se destina parte de los tributos que los moriscos pagaban por mantener sus costumbres y con otro que se les impuso para tal fin. Cuando se produce la rebelión de los moriscos surgen dificultades financieras y en 1568 las obras se suspenden. Felipe II ordenó la continuación de las mismas. A la muerte de Machuca le sucede su hijo Luis y posteriormente otros arquitectos más, hasta que en 1957 concluyen las obras.

El palacio, adosado en parte de una de sus fachadas a las estancias árabes, es cuadrado con un patio circular en su interior,  y presenta en dos de sus fachadas unas espléndidas portadas del más puro renacimiento italiano. La parte inferior del edificio es almohadillada, donde unas cabezas de león, y en las esquinas de águila, sostienen unos grandes anillos de bronce.

En el centro de las fachadas meridional y occidental –frente a la Alcazaba y por donde se accede al interior- unas portadas en mármol de Sierra Elvira, de lo más bello del edificio.


Fachada meridional Palacio de Carlos V
En la parte inferior de la portada meridional, más pequeña pero no menos bella que la principal por la que se accede al palacio, dos leones flanquean las columnas de orden jónico, en cuyos basamentos unos bajorrelieves con escenas de guerra, y sobre la puerta central el frontón con tres figuras: en el centro la de la Abundancia y sobre ella las de la Fama y la Victoria. En el segundo cuerpo una bella balconada con un arco de medio punto.  

La portada occidental, principal acceso al palacio, tiene tres puertas, las dos laterales más pequeñas. El grupo de columnas de esta portada rompe la sensación de horizontalidad de la fachada. Sobre las puertas pequeñas dos medallones con bajorrelieves de escenas de caballería, y sobre las tres ventanas de la parte superior otros tres, el central con el escudo de España y los laterales con hazañas de Hércules.

El patio circular interior, construido por el hijo de Machuca según proyecto de su padre, tiene un diámetro de treinta metros, con treinta y dos columnas de piedra pudinga o almendrilla, que se repiten en la planta superior.



En este patio se celebran anualmente, a principio de verano, algunos eventos del Festival Internacional de Música y Danza.

En las dependencias del palacio se encuentran los museos de Bellas Artes y el de Arte Hispano Musulmán de la Alhambra.  


Imágenes Palacio Carlos V




Texto y fotografía: Miguel Sánchez Peinado
Granada, abril de 2015



Nota.- Para quienes quieran ver todas las imágenes con banda sonora e ininterrumpidamente pueden hacerlo aquí:



lunes, 20 de abril de 2015

CUANDO SIEMPRE ERA VERANO



EDICIONES MIGUEL SANCHEZ

tiene el placer de invitarle a la presentación, que tendrá lugar
el día 23 de abril de 2015, a las 20 horas,
en el Palacio de Bibataubín,
de la novela





Miguel Pasquau Liaño (Úbeda, 1959), escritor, profesor de Derecho en la Universidad de Granada y magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, con Cuando siempre era verano, finalista de la XXII edición Premio Jaén de novela, ahonda en uno de los sentimientos más universales: el reconocimiento de todo lo que uno ha recibido de su estirpe, de la que sólo es su último eslabón, y la importancia del patrimonio afectivo acumulado en el pasado.

Con singular belleza literaria y veracidad histórica el autor nos conduce por la España de los años 60 y 70 que empezaba a agrietarse de forma natural por razones de la propia evolución social.

Cuando siempre era verano es una obra amable, que al lector maduro de hoy le lleva al recuerdo nostálgico de una época difícil, pero apasionante, en que el miedo y la incertidumbre se venció con la ilusión de una mayoría en un futuro difícil pero posible; y el joven lector descubrirá en los personajes de esta historia de ayer valores necesarios para superar con dignidad los avatares que todo tiempo conlleva.