Y vuesa merced, ¿dónde camina?
Yo, señor -respondió el caballero- voy a Granada,
que es mi patria.
¡Y buena patria! -replicó don Quijote.

jueves, 23 de octubre de 2014

ALPUJARRA años 60. El fotógrafo


MIGUEL SANCHEZ GARCIA (1921-1996), hizo de la fotografía una pasión que complementó con su actividad profesional de editor. En el origen de estas dos actividades están sus dos primeros trabajos de juventud en la Biblioteca y el Observatorio de la Facultad de Cartuja, donde entró en contacto primero con el mundo del libro y después con el de las lentes a través del telescopio.
Inicialmente autodidacta posteriormente se enriqueció de los conocimientos artísticos y fotográficos de su amigo René Taylor, con quien colaboró desde Granada en la creación del jardín granadino del Museo de Ponce en Puerto Rico. De Arielli, al que consideró su maestro en fotografía, aprendió a estudiar la luz y no hacer un disparo si ésta no era la adecuada. 
Dotado de una especial sensibilidad y una capacidad singular para ver en profundidad el mundo que le rodeaba, utilizó la cámara fotográfica para en colaboración con luces y sombras mostrar paisaje y paisanaje con carácter de intemporalidad en esos instantes que el artista percibe como de "plenitud del cosmos". 
En agosto de 1963 hizo un recorrido fotográfico por la Alpujarra con su amigo Juan Alfonso García, algunas de cuyas fotos se expusieron en marzo de 1965 en el Centro Artístico y Literario de Granada, bajo el lema LUZ Y PAISAJE DE LA ALPUJARA. Al año siguiente, gracias a la colaboración  de su gran amiga, la hispanista y lorquiana Marie Laffranque, la exposición se trasladó a la Galería Simone Boudet, de Toulousse, haciéndola coincidir con el Festival “Messidor 66”, dedicado a Falla y Lorca.

Hombre de vasta formación humanista y espiritual, Miguel Sánchez vió con claridad la limitación del artista para dar a conocer el mundo alpujarreño en toda su profundidad. Para conocer la Alpujarra -dijo- hay que hablar con la gente y caminar con ella, “porque el hombre y todo su contenido interior es siempre más importante y bello que la mejor obra de arte, más para ello no sirven ni mis cámaras ni los pinceles”. 

3 comentarios:

  1. Miguel, siempre incansable con la belleza y la cultura. Enhorabuena

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  2. Gracias. A ver si a fuerza de ser incansables tenemos más cultura y más belleza, aunque seamos menos guapos.

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  3. Manuel Espadafor Caba25 de octubre de 2014, 2:03

    Estoy deseoso de contemplar esas imágenes de incalculable valor, pues como ya se sabe, una imagen vale más que mil palabras.

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