Y vuesa merced, ¿dónde camina?
Yo, señor -respondió el caballero- voy a Granada,
que es mi patria.
¡Y buena patria! -replicó don Quijote.

jueves, 21 de marzo de 2019

AL PIE DEL CAÑON. Por el Museo del Prado en compañía de Eduardo Arroyo



La maja de Torrejón (Eduardo Arroyo) 

En febrero de 2018  Eduardo Arroyo estuvo en Granada para inaugurar una exposición de parte de su obra pictórica y literaria y presentar el libro La cocina del sultán, de su amigo Carlos Ballesta, ilustrada por el gran intelectual y pintor madrileño, publicada por Ediciones Miguel Sánchez. En aquel encuentro Arroyo propuso a la editorial granadina hacer una nueva y diferente edición de su libro Al pie del cañón publicado en formato de bolsillo el año 2011. La nueva edición del libro ya está aquí, aunque por desgracia Eduardo Arroyo, que lo vio gestarse, no ha podido verlo publicado.


En octubre de 2018, pocos días antes de su muerte, y quizás porque la veía próxima, escribió su presentación para esta reedición de Al pie del cañón, de la que dice: la presente edición incluye numerosas ilustraciones de alta calidad porque ha vuelto a pasarme un acontecimiento tan raro como feliz: una historia de amistad y admiraciones mutuas que desemboca en un hermoso libro de arte.

Al pie del cañón no me parece una guía del Museo del Prado, es algo más. Es una visita a nuestra gran pinacoteca en compañía de Eduardo Arroyo, quien lejos de darnos lecciones de pintura, hacer crítica de arte, o explicarnos las excelencias de los cuadros, se deja llevar de sí y nos hace partícipes de sus sensaciones y sentimientos ante las obras que le emocionan.

En mis viajes a Madrid he procurado, si había tiempo, hacer una escapada al Prado con un destino específico: Las Meninas y el Cristo de Velázquez, el Caballero de la mano en el pecho del Greco, la Familia de Carlos IV y el Perro de Goya; al descubrir la admiración de Eduardo Arroyo por  Velázquez, en cuyos brazos se hizo un autorretrato que tituló Velázquez, mi padre, aflora una cierta sonrisa, sobre todo cuando dice: yo quería tener una relación filial con Velázquez, pero nunca le había consultado para saber si estaba o no de acuerdo en tutelarme.


Velázquez, mi padre. (Autorretrato, Eduardo Arroyo)

Una vez adentrados en la lectura de Al pie del cañón, se siente la necesidad de volver al Museo del Prado y con el libro en la mano ir al encuentro de los cuadros que centraron la atención de Arroyo, y como él, mirar y remirar las Meninas hasta la saciedad para entender la obra e intentar saber qué pasa detrás del cuadro, lo que la pintura oculta. 

Este es un libro donde el autor nos descubre su sentimiento de pintor ante la pintura, nos enseña su mirada sobre diversos aspectos de la misma, uno de los cuales es el juego de los colores, en especial el rojo, los diversos rojos de la sangre y el "rojo generoso" en El bufón "Barbarroja" de Velázquez o El cardenal de Rafael; también, con referencia al David vencedor de Goliat de Caravaggio, nos dice cómo puede cambiar el efecto visual de un cuadro colgándolo de forma distinta a como lo concibió el pintor.

Si antes hemos leido Minuta de un testamento y Bambalinas (Eduardo Arroyo, editorial Galaxia Goutenberg) se descubrirá la personalidad de este pintor intelectual y por qué Al pie del cañón es algo más que una guía.

Una vez pasada la última página del libro brota el deseo de volver al Museo para con nueva mirada vivir ese momento mágico que se produce cuando mirando nos detenemos a ver y descubrir que los cuadros tienen vida propia. Para Eduardo Arroyo la tienen, hasta el extremo de imaginar que los personajes, cuando se cierra el Museo, salen de los lienzos y deambulan por las salas viviendo sus propias vidas; y si además imaginamos que lo hacen al ritmo musical de Cuadros de una Exposición de Mussorgsky...

Y como hay que visitar el Prado "acompañado de un amigo, pues el Museo llama a la confidencia y la conversación" Arroyo acaba el libro con el relato de la visita que hizo a la pinacoteca en abril de 2009 en compañía de sus amigos pintores Antonio Saura y Guy de Rougemont, concluyendo así: ... porque no se trata de otra cosa que ver, volver a ver, ver de otra manera para instaurar ese diálogo que nos permite hacer nuestras las pinturas de nuestros maestros e instalar dentro de nosotros esa tensión violenta que nos empujará a volver al taller, solos, pero ya no tanto.


Miguel Sánchez Peinado
21 de marzo de 2019

Al pie del cañón
Eduardo Arroyo
Ediciones Miguel Sánchez S.L.
233 páginas

https://edicionesmiguelsanchez.com/producto/al-pie-del-canon-una-guia-del-museo-del-prado/.