A los avemarianos
desde el recuerdo a Pepe Pozo
desde el recuerdo a Pepe Pozo
Todas las ciudades tienen sus calles especiales, Granada bastantes, como las de su barrio del Albayzín pocas, pero entre ellas la de San Juan de los Reyes; ésta menos transitada que su paralela Carrera del Darro, aunque más rica en historia y, a mi juicio, más hermosa, porque al pasear por ella descubrimos que los sentidos son las ventanas del alma, pues sus muchos y variados rincones son una provocación sin par a la vista y la sensibilidad del espíritu.
Por esta calle del bajo Albayzín, artería principal de un entramado de calles y callejuelas, discurría en época romana la calzada que iba a Guadix. En torno a ella construyeron palacios y mezquitas los musulmanes, y palacios, iglesias y conventos los cristianos.
Recorrer San Juan de los Reyes con la mirada en tiempos pasados y la vista en lo que permanece desde entonces es una de las mejores maneras de perder el tiempo en Granada. Alguien escribió: Quiero perderme en Granada y que el Albayzín me encuentre; éste puede que sea el mejor lugar para perderse y salir al encuentro del Albayzín.
Un consejo al caminante: en cualquier punto del recorrido que le sorprenda procure cerrar la mano a modo de un catalejo y mire el paisaje a través del agujero, verá infinidad de imágenes que pierden intensidad dentro de la panorámica general.
Recorrer San Juan de los Reyes con la mirada en tiempos pasados y la vista en lo que permanece desde entonces es una de las mejores maneras de perder el tiempo en Granada. Alguien escribió: Quiero perderme en Granada y que el Albayzín me encuentre; éste puede que sea el mejor lugar para perderse y salir al encuentro del Albayzín.
Un consejo al caminante: en cualquier punto del recorrido que le sorprenda procure cerrar la mano a modo de un catalejo y mire el paisaje a través del agujero, verá infinidad de imágenes que pierden intensidad dentro de la panorámica general.
Aunque desde cualquier punto por el que se acceda a esta calle el paseante quedará gratamente sorprendido es recomendable iniciar el recorrido desde la Placeta de San Gregorio, pues desde este punto las emociones irán in crescendo.
Iglesia de San Gregorio Bético |
El inicio de la calle está a la derecha de la Iglesia de San Gregorio, construida en el siglo XVI sobre una ermita mandada construir por los Reyes Católicos bajo la advocación del obispo de Elvira y Padre de la Iglesia hispanorromana.
A pocos metros de iniciar el paseo, a la derecha, se encuentra la calle de la Cárcel, donde se puede ver la puerta de la primitiva prisión de la Chancillería.
A pocos metros de iniciar el paseo, a la derecha, se encuentra la calle de la Cárcel, donde se puede ver la puerta de la primitiva prisión de la Chancillería.
Callejón del Aire |
A los pocos metros a la izquierda la estrecha calle de las Arremangadas, así llamada porque en tiempos de obligatorias faldas largas era conveniente arremangarlas para mejor caminar por ella. Conviene que el viajero la suba sólo unos metros para contemplar mejor el bajorrelieve de San Juan de Dios y una bella reja de forja, que un mendigo, al cruzarme con él, me ilustró sobre su posible origen zirí, más que nazarí -me aclaró-; sea cual fuera la época y el autor lo cierto es que observada en como está realizada es una bella obra de artesanía.
En otro momento, si el mendigo me autoriza, le dedicaré un espacio, pues José, ya mi amigo, es un personaje interesantísimo, con arte en el vivir como Lola Flores, de la cual es paisano. Y si lo traigo a colación es porque es asiduo de esta zona camino de su barrio.
Retomada la calle San Juan de los Reyes, denominación que se debe a los Reyes Católicos, el siguiente tramo tiene su personalidad propia y distinta al resto del itinerario.
Desde este luminoso rincón dorado, que tantos secretos de falsos amoríos guarda tras sus muros, llegamos al más artístico y espiritual del convento de Santa Inés, en su día edificio perteneciente a la familia Agreda, de la Orden de Santiago.
En este tranquilo y hermoso rincón conviene detenerse a contemplar el cuadro en que el color compite con la belleza de líneas rectas y quebradas en equilibrada armonía,
y con el sonido del agua, que en un pilar vomitan dos mascarones, mirando al balcón con celosía que nos domina oir la voz del poeta:
Desde una celosía,
suena un silencio a cuatro voces blancas
Rafael Guillén
A partir de aquí la calle sorprenderá al viajero con imágenes que irremediablemente le transportarán a la época que hizo de Granada una ciudad Capricho de la Naturaleza y la Historia. La primera y majestuosa estampa se encuentra en la Placeta de la Concepción, donde conviene detenerse un tiempo.
Atrio del Convento de la Concepción |
Vista desde el atrio del convento |
En la calle bajo el convento, hacia la izquierda, se encuentra la nazarí Casa de Zafra, cuya visita merece un desvío del itinerario.
Frente al convento un palacete con una escuela taller de la Junta de Andalucía, que de estar abierto es conveniente visitar para contemplar desde su planta superior las impresionantes vistas de la Alhambra y el juego de tajados y torres del lugar.
Reincorporados a nuestro itinerario un azulejo, bajo la vigilante mirada de un hermoso mascarón, indica que estamos en zona de antiguos molinos.
Aquí la calle se angosta y las sombras se intensifican como si quisiera preparar al caminante para hacer más impactante su emoción cuando traspase el tramo más estrecho y lo introduzca en un continuo mirador a derecha e izquierda.
Junto a la iglesia nos espera un bellísimo rincón, la Placeta de la Escuela.
Su nombre de la Escuela obedece a que en este lugar se adoctrinaba a quienes de otras religiones se convertían al islam. En ella se encontraba la mezquita Ataibín (S. XIII) a la que asistían los nuevos conversos a la religión de Mahoma; la mezquita fue bendecida como iglesia católica el 5 de enero de 1492 -tres días después de la entrada de las tropas cristianas en Granada-. Quizás el ser la mezquita de los cristianos renegados fue lo que motivó la rápida decisión real. En 1520 se construye la actual iglesia en estilo gótico mudéjar, conservándose tan solo de la primitiva mezquita parte de su alminar, sobre el cual se construyó un cuerpo de campanas. La mejor vista de la torre se tiene desde la calle Limón en la parte alta de la placeta.
Antes de abandonar la placeta conviene, si se nos permite, subir a la pequeña terraza de los apartamentos turísticos frente a la iglesia.
Y si la luz de la mañana hace radiante el paisaje la del atardecer lo transforma en lugar de embrujo.
Retomada la calle se suceden a derecha e izquierda una serie de callejuelas cada una con su singular mirador. La primera de estas bellas calles a la derecha es la de Zafra a la que siguen Gloria, Santísimo, Candil y Horno de Oro.
Iglesia San Juan de los Reyes |
Placeta de la Escuela |
La placeta desde Carmen Torres Molina |
Alminar de la primitiva mezquita y torre de la actual iglesia desde calle Limón |
Y si la luz de la mañana hace radiante el paisaje la del atardecer lo transforma en lugar de embrujo.
Retomada la calle se suceden a derecha e izquierda una serie de callejuelas cada una con su singular mirador. La primera de estas bellas calles a la derecha es la de Zafra a la que siguen Gloria, Santísimo, Candil y Horno de Oro.
Es conveniente en cada una de ellas mirar desde el centro, derecha e izquierda, para descubrir distintas vistas desde un mismo lugar, y si se utiliza la mano a modo de catalejo las imágenes se multiplicarán.
Calle Zafra |
En el mismo lugar escorados a la izquierda |
Antes de seguir la ruta es es conveniente bajar unos pocos metros para contemplar la fachada gótica de la casa de Hernando de Zafra, Secretario de los Reyes Católicos.
Heráldica del matrimonio Zafra |
Aquí hay que caminar mirando también al cielo, pues las torres de la Alhambra vigilan tras tejas morunas.
Torre de la Vela |
Torre del Homenaje |
Torre de Comarex |
A la altura de la calle Gloria hay que detenerse, contemplarla y retrocediendo unos metros bajar por ella para deleitarse con su primer rincón en recodo y de inmediato encontrar una coqueta y delicada plazuela.
Calle Gloria |
Calle Santísimo |
La calle Valenzuela, a la izquierda, conviene subirla y bajarla, una sucesión de bellas estampas se suman a las ya disfrutadas.
Calle Valenzuela |
Calle que si guapa hacia arriba...
bellísima hacia abajo.
Antes de proseguir el recorrido conviene volver la mirada atrás
y reconocer que a tanta belleza del ayer se suma el buen gusto de los vecinos de hoy
La calle San Juan de los Reyes finalizaba en el Convento de la Victoria, fundado en 1509 por los franciscanos; a finales del siglo XIX, ya en estado ruinoso, y después de haberse destinado a cuartel, fue derribado para prolongar la calle San Juan de los Reyes hasta desembocar en la cuesta del Chapiz.
Placeta de la Victoria |
Esta bella placeta es un hermoso rincón que ofrece al paseante una magnífica panorámica de la Alhambra y el Generalife.
Y aquí surgirá la duda. ¿Bajar para volver por la Carrera de Darro o recorrerla de nuevo a la inversa? Da igual. Seguiremos disfrutando de otra manera.
Granada, 11 agosto 2019
Miguel Sánchez Peinado
Bellísimo reportaje, Miguel
ResponderEliminarMe alegro te guste, especialmente a tí, que tanto sabes de Granada, su Historia y su Arte.
ResponderEliminarCoincido y felicito éste bellísimo reportaje,pero sería imposible hacer una descripción de ésta y otras calles del Albaicín que no resultara tan mágica y bella.
ResponderEliminarEstudié Magisterio en el Ave María y residía en la calle Elvira. Recorría San Juan de los Reyes al menos dos veces al día. Vivo muy lejos de Granada y, ya jubilado, al ver esto he sentido muy intensamente aquello de que "recordar es volver a vivir* y en esta ocasión, además, de emocionarse sintiendo de nuevo el goce de tanta belleza en ese recorrido.
ResponderEliminarMuchas gracias a Miguel, el autor, y un recuerdo desde aquí para otro Miguel Sánchez (q. e. p. d.) albaicinero de nacimiento y de vocación, compañero de estudios y gran amigo.
Que bonito. No conocía este Blog. Enhorabuena Miguel.
ResponderEliminarAlfonso, me alegro que te haya gustado. Con mi cámara procuro ser certero en la captura de imágenes como tu padre lo era con su escopeta.
EliminarHe recorrido esa calle montones de veces y siempre me ha gustado; pero la próxima vez que conla recorra la voy a disfrutar mucho más gracias a este reportaje.
EliminarMuchas gracias.
Que buen trabajo!! Enhorabuena
ResponderEliminarDon Miguel: Chapeau!!!
ResponderEliminarNo reconozco a algunos de los que hacen comentarios; a todos ellos mi agradecimiento, pues es un estímulo para seguir difundiendo la belleza de esta ciudad con tantos rincones que ponen a prueba nuestra sensibilidad ante la belleza de lo sencillo... y a veces de lo inútil.
EliminarComo aficionado a la fotografía desde hace más de 60 años tengo que darle la enhorabuena por tan maravilloso reportaje.
EliminarMi felicitación a Miguel, pueden decirse más cosas y subir más fotos, pero con la perfección y la sensibilidad que tu lo has hecho, IMPOSIBLE. Y si además lo unimos al recuerdo de un avemariano de pro, como Pepe Pozo, el acierto es pleno. Juan Ruiz Lucena
ResponderEliminarEl reportaje precioso, no le falta detalle y un buen gusto ,enhorabuena
ResponderEliminarGracias, Juan, por tus amables comentarios. Si aún tienes alguna influencia en el mundo oficial de la Educación sería interesante difundir estos rincones tan bonitos de Granada entre los alumnos; y no tanto para instruirlos en datos como para dirigirles la mirada a tantos detalles y estimularles, sin manipulación, la innata sensibilidad ante la belleza.
EliminarVale mas una imagen.....
ResponderEliminarY mas si si tiene en el recuerdo.Y con ella el de personas que forman parte indisociable.
Enhorabuena a Miguel Sanchez.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl autor no ha eliminado este comentario, ha debido ser un error del sistema.
EliminarUn artículo interesante, instructivo y hermoso.
ResponderEliminarFernando, espero pasear la calle con vosotros cuando venga tu hermano Antonio en octubre. Si para entonces preparas una nueva receta, miel sobre hojuelas.
ResponderEliminarUn maravilloso reportaje que me ha hecho volver a vivir mis años de avemariano. Sí, recordar es volver a pasar por el corazón. Pozo vive en nuestro recuerdo (de todos y cada uno de los que lo conocimos). Gracias, Miguel Sánchez.
ResponderEliminarMe alegro haber colaborado a que se puedan revivir antiguas emociones y renovar juveniles recuerdos. De eso se trata, que Granada nos alimente el espíritu con la belleza
ResponderEliminarPues voy a realizar el recorrido siguiendo punto por punto todo lo descrito en el reportaje, que me ha encantado. Supongo que haciendo el trayecto completo de San Juan de los Reyes, las sensaciones serán muy intensas.
ResponderEliminarMi más sincera enhorabuena por hacerme esta mañana de domingo aún más especial. Yo también tuve la suerte de estudiar en el AVE MARÍA desde los 13 hasta los 20 años. Son tantos los recuerdos, vivencias y amistades de aquéllos maravillosos años que será imposible borrarlos de la memoria(aunque hayan pasado 46).
ResponderEliminarMe ha sorprendido la triste noticia del fallecimiento de Pepe Pozo, un GRAN y BUEN HOMBRE (D.E.P.)
Agradezco de todo corazón este maravilloso reportaje que hace despertar los sentidos, evocar recuerdos y sentimientos sin que el paso del tiempo los haya podido borrar.
Gracias.
Un cordial saludo.José Miguel Lozano.
Reconozco que si en la calle San Juan de los Reyes he disfrutado paseándola y contemplándola, la mayor sorpresa que me ha brindado ha sido el ver como por todos los rincones han aparecido avemarianos de distintas épocas que con sus comentarios evidencian que el Colegio del Ave María tenía algo de especial. Pienso que su ubicación, su profesorado y un alumnado procedente del mundo rural y el urbano tienen la clave.
EliminarMuy bien explicado y documentado.
EliminarLo conozco bien pero con tu explicación la volveré a recorrer con más detenimiento.
Enhorabuena
El día 14 recibí este enlace por wuasap y el 15 me dije que no tenía mejor cosa que hacer que el paseo siguiendo al pie de la letra el itinerario. Fue un disfrute total.E una ruta muy visitada pero desconocía detalles,y lo he propagado a los 4 vientos, como suele decirse, muchos granadinos no saben lo que se pierden si no hacen este paseo. Muchas gracias por hacerlo tan fácil y tan bien plasmado fotográficamente.Yo tome algunas pero siendo bonitas, he de reconocer que las suyas son mejores. Ah! Caso curioso coincido con usted en el concierto número 5 para piano y orquesta de Beethoven.Para mí,el mejor.
ResponderEliminarA propósito de fotos mejores o peores, no hay que olvidar a Ganivet: "lo esencial no es observar, sino lo que se observa". Y a propósito del concierto nº 5 de Piano de Beethoven, lo mejor el segundo movimiento, todo un símbolo musical sobre el arte de vivir; el piano el individuo, la orquesta el mundo que le rodea y ambos en armonía, unas veces en silencio y otras interactuando sin dominarse recíprocamente; o en palabras también de Ganivet: "el arte de vivir consiste en conservar nuestra personalidad sin que la sociedad nos incomode".
EliminarHace 60 años estuve interno en el Ave Maria, la vista de la Alhambra y Generalife que teníamos en el patio era comparable a la de la pl. San Nicolás, aún la tengo grabada en mi cabeza
EliminarEl recorrido lo conviertes en poesía.
ResponderEliminarMás bien diría que el recorrido en sí mismo es poesía, cuando lo hacemos con tranquilidad y observando sin los filtros que la sociedad pone en los ojos del ciudadano de hoy. La poesía está allí en silencio; poesía que más que oir hay que ver. Y es que en el mundo de las sensaciones cualquiera es poeta en su interior, aunque sean los menos quienes tengan capacidad para expresarlas; pues, como dijo Neruda, la palabra se dice la sensación queda dentro, por lo que muchos sentimientos quedan perdidos.
EliminarMe satisface ver cuanta sensibilidad se ha despertado en la calle San Juan de los Reyes. Espero que siga viva para disfrutar de otros rincones de Granada.
Gracias por su reivindicación de la calle. Hace treinta años que vivo en ella (mi casa sale de refilón en alguna foto con su enorme viña virgen trepando por la medianera vecina), y siempre la he considerado una calle hermosísima aún sin la espectacularidad de la Carrera. Una calle antes malfamada por sus prostíbulos (¿¿a San Juan de los Reyes te vas a ir a vivir?? ¿¿Y vas a poner allí tu despacho??), he visto con el tiempo como se ha ido restaurando en su edificación y rehabitando. Hoy, muchos visitantes la recorren entera. Muchas gracias otra vez
ResponderEliminarPara mí es, junto con la Carrera del Darro, una de las calles más entrañables, pues por ellas pasaba hasta cuatro veces al día en mi época de bachiller en el Ave María de cuesta del Chapiz. Me alegro haya gustado el reportaje.
EliminarYo nací en el Albaicín en la calle San Buena ventura número 2,y al ver este reportaje me recuerda mis tiempos de niño y se me revuelve el alma,que cosa más bonita y entrañable,sólo puedo decir,Gracias muchísimas,por ese buen gusto,y por esos recuerdos tan hermosos que me traen.
ResponderEliminarYo también estoy muy influenciado por el Albayzín desde la niñez, pues desde los cuatro años subía a diario desde Plaza Nueva hasta las escuelas parroquiales del Salvador. Por la mañana al Albayzín y por las tardes, después de la escuela, "allá bajo", como decía el albaycinero que bajaba al centro de la ciudad.
EliminarYo,que soy albaicinero de nacimiento,se me ha puesto la piel de gallina viendo esta obra maestra.Espero que lo visionen los responsables que nos gobiernan y sean sensibles,de una vez por todas,para restaurar y conservar tanta belleza,patrimonio que nos legaron las generaciones que nos precedieron.Hemos visto la cara de la moneda pero existe la cruz,que es el abandono,la desidia y la barbarie que está desolando uno de los barrios más bellos del mundo. Este trabajo de Miguel es un aldabonazo a las tres administraciones,que no demoren más las soluciones para revitalizar lo que es Patrimonio de la Humanidad. Alberto
ResponderEliminar¿Aldabonazo a las Administraciones?... Un sueño, una ilusión,... una quimera, en un mundo cultural que se mueve a golpes de vanidades y subvenciones. Cuesta trabajo pasear por el Albayzín y no sentir herida la sensibilidad con infinidad de detalles de mal gusto, al margen de pintadas y rincones malolientes, que manchan las bellas imágenes que nos sorprenden cada dos por tres. Me siento feliz cuando veo que con este reportaje se alegran las almas de algunos albaicineros.
ResponderEliminarHas dado en el clavo Miguel. Llevo años denunciando el drama de un Albayzín que se se nos está arruinando por culpa de la despoblación y el tancredismo de las autoridades que nos gobiernan. Es cierto, ya no es solamente el Albayzín sino Granada,tambien,la abandonada. Que los dioses nos amparen amigo!!!. Alberto
EliminarGenial el reportaje. Sería ideal hacer un recorrido a pie, por donde nos has llevado con tus ideales fotografías, y los perfectos comentarios.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Hola Miguel:
ResponderEliminarMe ha encantado la pasión que transmites al describir este lugar con embrujo de Granada, tal vez poco conocido incluso por los granadinos.
He tenido la suerte de atravesarla en unas cuantas ocasiones, algunas en coche, por lo que aparte de la calle principal, apenas he reparado en los muchos rincones que también tienen su encanto; es más, algunos de esos rincones ni sabía de su existencia, pues en los años que anduve por allí, años mozos, las preferencias eran otras muy distintas al arte y la belleza.
Me tengo prometido que cuando dejemos atrás estos tiempos convulsos le voy a dedicar más tiempo a Granada y a sus bellos rincones, y sin duda esta magnífica calle y todos los aledaños que hoy me has enseñado serán materia preferente.
Muchas gracias por haber compartido con nosotros esta maravilla.
Que usted siga bien.
Un abrazo.
Me alegro de su reacción ante su reencuentro virtual con la calla San Juan de los Reyes. De eso se trataba, de invitar a retener la mirada en todos esos lugares tan atractivos por estos mundo de Dios y especialmente de esta entrañable ciudad de Granada, que dicho sea de paso está necesitada de más protección por parte de todos.
ResponderEliminarTe felicito Miguel, por el reportaje. Pero, antes de llegar a la Cuesta del Chapiz, echo en falta la Cuesta de la Victoria (ha sido pintada muchas veces, pues todo aquello era el Carmen de la Victoria, que compró el padre Andrés Manjón) y enfrente la puerta de la Casa Madre del Ave María.
ResponderEliminar