Paseando esta mañana nublada con dos amigos por la Alhambra en busca de estampas otoñales, una vieja puerta cerrada de un carmen llamó mi atención. Al mirar por la cerradura y grietas de su ajada madera quedé extasiado con lo que mis ojos veían; era una estampa plena de cromatismo barroco. Y mientras mi cámara exploraba a mi mente vino, como anillo al dedo, el título del poema del granadino Pedro Soto de Rojas: Paraiso cerrado para muchos, Jardines abiertos para pocos, que musicalizó el nunca olvidado Juan Alfonso García.
A modo de introito a las imágenes captadas nada mejor que la dedicatoria de Juan Alfonso en su obra Paraiso Cerrado:
A todos aquellos que han contribuido y contribuyen con su personal estilo de alma,
a que el carmen granadino siga teniendo en nuestros días
el simbolismo y la vida que le corresponden.
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